CAPÍTULO 162 : EL GRAN REVUELO

Tras la aventura nocturna del cementerio, cada uno de nosotros regresamos a nuestras casas, con el infame detalle que en mi caso, conociendo a mi padre nos preguntaría que habríamos hecho en el día, y claro está que con Nollen debíamos inventarnos algo para que, uno, fuera creíble y dos, encajase con nuestra forma de ser de niños buenos y modosos salidos temporalmente de una escuela de élite, así es que una vez dejamos al vecino Norman en su casa, antes de entrar en la nuestra, yo le comenté a Nollen:-Oye, algo tendremos que decir, si no sospecharán, ante todo revisemos la ropa que no tengamos polvo o tierra y después veremos.Nollen comentó enseguida -Amigo Lidberg, sabes que soy de vez en cuando un mentiroso compulsivo, en la escuela me he evitado castigos importantes mintiendo, sabes por que ?,-No, indiqué yo, -Sencillamente, continúo, por que si decía una mentira que ellos quisieran comprobar, a mi padre nunca lo iban a localizar por que viaja mucho, y el día que vayas a mi casa, lo entenderás enseguida, por eso creo que a tu padre hay que decirle que estuvimos jugando al fútbol en el campo de tierra, y que lo que tenemos que hacer ante él es sacudirnos la tierra ésta como si nada, como algo normal, llama a la puerta y cuando salgan a ver quien es, lo hacemos, vale ?, -Bien, yo, llamé, y salió mi padre e hicimos eso, éste se sorprendió al, vernos y nos preguntó, -Oye, como vais tan llenos de tierra ?, -Verá señor Lidberg, Charles y yo jugamos al fútbol con los demás en el campo que estaba bastante mal, creo yo, mi padre se lo quedó mirando y se echó a reír, los dos nos quedamos boquiabiertos, pensativos.Cuando paró de reírse, comentó, -Vosotros no tenéis ni idea de lo que es, ese campo, allí he jugado yo a lo mismo, con pantalones cortos, en Invierno y nevado, cogías unas pulmonías muy grandes, por que sudabas y te quitabas todo, es decir el jersey y al tener frío te lo volvía a poner, y claro está que al llegar a casa, nos esperaba el médico con las inyecciones en las nalgas, y los azotes posteriores de mi padre, es decir tu abuelo, que no le gustaba nada de que yo estuviera manchándome cada dos por tres la ropa, a mi me hizo ir en shorts todo el año a la escuela, la resta de compañeros me siguieron en esa iniciativa, en la única tienda de ropa que hay, se vendieron los shorts como rosquillas, y eso sin contar que seguí recibiendo palizas de tu abuelo por que seguí desobedeciendo, pero no os preocupéis que yo no me voy a enfadar, todos hemos sido niños y tenemos que entenderos vuestras inquietudes y ahora entrad a calentaros en casa, mientras la cena se está acabando de hacer, y eso es, lo que hicimos.

  Dentro, en la chimenea encendida, otra de esas cosas que yo no había olvidado en Sain Andrew, y Nollen alucinaba por que no había visto ninguna, hasta mi padre, le dejó y enseñó a poner los troncos, durante la cena, mi padre nos preguntaba como había ido el partido, quien había ganado, quienes jugábamos, parecía un interrogatorio a lo grande, pero teníamos respuestas, lo único era decir a Norman en el día de mañana que, no metiera la pata y que jugamos al fútbol y punto.Tras la cena nos estuvimos un rato en el sofá, y nos fuimos a dormir por que las emociones eran muchas, lo que habíamos hecho en ese lugar merecería uno de los castigos más grandes, soy sincero, que queréis que os diga.Nollen en cambio le había encantado de hacer eso, no lo hubiera pensando jamás, pero debía como yo, tener silencio, si el padre Raphael se entera algún día de ésto, nos estaría zurrando una semana entera al menos, tendríamos las nalgas destrozadas de tanto azote, por eso, es importante el silencio.