CAPÍTULO 169 : A NUESTRAS ANCHAS

Mientras mi padre estaba con los profesores que llamamos eméritos, esto es, que son, profesores jubilados pero que, siguen estando en el colegio hasta el día lamentable de su muerte, o enfermedad que les obligue a estar en un hospital, o residencia de ancianos, en fin ese tipo de sitios, pero eso sería gustoso para Nollen y a mi, que el padre Raphael, estuviera precisamente en esa situación, jubilado y fuera de combate, mientras pensábamos en ese sueño, irrealizable por supuesto, seguíamos campando a nuestras anchas, por ese colegio-internado que no era el nuestro, que era diferente, pero igual de tétrico que el nuestro, solo hacía falta ver las habitaciones, grandes y con muchas camas y que, cada alumno tenía, una cama y un armario y una mesa de estudio, hasta ahí, era igual que el nuestro, pero éste, no estaban en habitaciones separados como el nuestro, es lamentable pero es así.En esas inspecciones, fuimos a para a un sitio, una especie de pasillo dónde había una puerta de reja, como una cárcel, y estaba abierta, así que entramos para ver,por el camino, había unas escaleras que iban arriba y abajo, atraídos por lo de abajo, bajamos, y fue bastante horroroso lo que vimos, viejos muebles, viejas pizarras y hasta pupitres y como no, viejas varas de azotar alumnos, y decidimos llevarnos una.Nollen me comentaba, -Charles, amigo mío, nos llevamos una, para que nos azotemos entre nosotros, me explico, quiero decir que nos entrenemos con ella, sin pasarnos, para que cuando recibamos de verdad aguantemos el dolor de los azotes de la mejor manera posible.Yo, estaba convencido de que Nollen, cada día estaba más loco, pero le entendí a la perfección y nos la llevamos, total, tampoco se iban a dar cuenta.Lo cierto es, que arriba es dónde vimos lo mejor, celdas, habitaciones con una ventana con reja sin poder abrirse, una cama y una mesita y armario, y la cama tenía cadenas, la pregunta que nos vino a la mente, fue, para que servirán ?, la respuesta nos la dio un trabajador que nos oyó subir y que sigilosamente estaba detrás nuestro, y nos asustó, éste nos comentó que esas cadenas eran para los chicos malos, los que se portaban mal, se les azota allí en esa celda insonora que no te oye nadie, y después de ser azotado, se te deja con los pantalones y slips bajados, boca abajo y con pies atados a las cadenas y las manos igual y te dejaban una noche entera, para que pudieras reflexionar, era duro ese castigo, ahora, imaginaos si el padre Raphael aplicase eso en el nuestro, sería bastante, bastante, espectacular, desde luego.Lo que le pregunte yo a ese empleado, era si ese castigo estaba activo, es decir que si se usaba, y él me respondió que si, que el siguiente curso que podría ser ya después de vacaciones alguno de los alumnos iría a parar allí, más de uno que ya ha ido aquí, nos decía, se arrepentía de lo que había hecho, y gritaba que lo soltasen y algún azote más se llevaba por listo, luego nos pidió que saliéramos de allí y cerró la reja.La siguiente parada fue el comedor, muy similar al nuestro, con las clásicas maderas de la pared, las grandes ventanas, y la grande puerta, el pasillo, las aulas y demás fueron visitadas con calma, para ir a desembocar a la capilla, dónde Nollen hizo algo que me escamó, entramos y se acercó al altar, se arrodilló y se puso a rezar, yo le seguí, me arrodille en ese frío suelo, y me lo quede mirando para preguntar, -Que haces tío ?-Shhhhht, me contestó él, no lo ves ?, rezando, -Ya lo veo, lo que pasa es que tu nunca haces eso, recuerdas ?-Lo se, me contestó él, pero hago ver que lo hago, para saber si me pescaría el padre Raphael o no, por que siempre me castiga por que sabe que no estoy rezando cuando toca, los Domingos, yo me puse a reír y él, finalmente hizo lo mismo.Por cierto que, de ese sitio maravilloso que vimos, así como de otras partes, hicimos las fotos como es de imaginar, imaginad, ir al nuestro y enseñar éste, sería un bombazo pleno, pero de eso, habría que ir con cuidado.......